miércoles, 20 de abril de 2022

"Dar clase con la boca cerrada"

 La Universidad de Valencia editó el libro "Teaching with your mouth shut" buscando impartir una nueva forma de enseñar los conocimientos de forma hablada y más dinámica.

El autor de este libro español pretende reflexionar y hacer una crítica sobre los conocimientos aprendidos, y gracias a esto permitió recordar la influencia de buenos profesores, cómo el profesor Finkel, el cual, afirma que existe el gran profesor y se obtiene a través del entusiasmo dejando huella en el alumnado.

Los procesos de aprendizaje no sólo se obtienen de buenos profesores, sino que también es necesario de una disciplina bien organizada y de un adecuado planteamiento metodológico. Los exámenes juegan un papel condicionador . El problema surge en torno al aprendizaje, en base a la enseñanza de instruir, educar y formar a los estudiantes para el análisis crítico de la realidad social, y por ello, la información sólo juega un papel complementario y secundario

El modelo tradicional de dar clases es narrar ya que es un elemento principal en nuestra vida. Las clases magistrales no resultan efectivas, por ello nos argumenta el autor de la necesidad de un cambio para crear un favorable entorno para el aprendizaje, que no es necesario basarse en un sistema tradicional y que existen otras herramientas y recursos que favorecen el aprendizaje del alumno. Por ello el autor sugiere unos métodos que podrían ser eficaces, ya que puede surgir interés e invitación a la reflexión : analizar mejor lo que pueden ofrecer los libros de textos, en vez de memorizarlos para aprobar un examen, o la búsqueda de respuestas a los problemas, utilización de metáforas o recursos literarios etc.

La transmisión de conocimiento deben ser claros, objetivos, amenos y atractivos. y este papel tan importante lo tienen los profesores  de elegir la obra adecuada para que sus alumnos atiendan y aprendan. Después, es importante según Finkel “Dejar que hablen los estudiantes” para dejarles protagonismo, y para que interactúen todos y participen se suele utilizar la técnica de seminario abierto. Para ello los docentes deben estar preparados para aportar lo mejor de sí mismos y conseguir los objetivos marcados, partiendo de aquí se proponen diferentes funciones como: actuar como “faros”, para evitar que se pierdan los comentarios y las aportaciones de mayor relevancia; formular preguntas útiles; ayudar a la clase; conseguir que la conversación transcurra ordenadamente; y, en su caso, resumir resultados claves de la discusión. No obstante, existen otros procedimientos que ayudan al aprendizaje como las presentaciones formales , o a través de la indagación en el entorno del seminario. En otro capítulo menciona sobre “Vamos a indagar juntos” como el mejor procedimiento de organizar una asignatura, que no se centra en el contenido de una disciplina tradicional, sino en un problema o una pregunta estimulante. La importancia que tiene realmente la enseñanza es la búsqueda de respuestas a preguntas relevantes que hayan creado interés en el alumno. 

El siguiente capítulo es “hablar con la boca cerrada: el arte de escribir”, en el que se habla de la escritura es un elementos muy eficaz para el aprendizaje, aunque también nos permite establecer nuevas líneas de comunicación con los estudiantes. También, la escritura, nos permite transformar lecciones magistrales en textos escritos. Y por último, que es la formación de una comunidad de escritores, en la que se producen interacciones entre alumnos y profesores, y de los alumnos entre ellos.

El siguiente capítulo se denomina “Experiencias que enseñan: crear esquemas para el aprendizaje”. En él, el profesor debe plantear problemas directos y centrados e invitar a los estudiantes a trabajar sobre ellos en grupos pequeños. Con esto se trata de estimular la participación, la verbalización, la creación intelectual a través de estas preguntas. En el siguiente apartado se habla de “Negarse a dar clase”, en la que los estudiantes crearán su propia agenda y se reparte el material entre ellos. Realizándolo para que los alumnos comiencen a tomar sus propias decisiones, además de ser un elemento esencial de la práctica democrática. Además de todo lo visto anteriormente, se han creado muchas otras estrategias educativas para promover la participación democrática. El penúltimo capítulo es “Dar clase con un colega”, consistiría en que los estudiantes observaran y escucharan como actúan dos profesores con criterios que pueden diferir y sobre los que los propios alumnos deberán tomar partido. En el último capítulo llamado “Conclusión: proporcionar experiencias, provocar reflexión”, se nos propone el conjunto sistemático de ideas y argumentos manejados a lo largo de los diferentes capítulos, ofreciendo una posible aplicación de dichos contenidos.

Finalmente, observamos propuestas de diferentes autores. En el libro Emilio, Finkel nos comenta: “No deis a vuestro alumno ninguna especie de lección verbal, él sólo debe recibirlas de la experiencia”. Dewey nos afirma que el pensar constituye el método de una experiencia educativa, y nos comenta: “La educación no es un asunto de narrar y ser narrado, sino un proceso activo y constructivo, un principio tan violado en la práctica como reconocido en la teoría”. Y por último, Finkel nos comenta: “No he escrito este libro esperando que una simple lectura de él conduzca a muchas personas a cambiar la forma en la que enseñen. He escrito este libro para plantear preguntas, ampliar horizontes, y para estimular la reflexión sobre las concepciones apreciadas en nuestra cultura de lo que son “grandes profesores” y “magnífica docencia”.







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